Extractado de "Aprender a reaprender"













"La población argentina, especialmente en las áreas urbanas que hoy completan casi el 80, sostienen en la vida diaria una especie de anarquía psicopática, muy similar a la de Italia, pero agravada por varias cuestiones vinculadas al entorno exterior. Somos un pueblo maleducado. En realidad, no hay educación entre nosotros.
Los semáforos, son para los coches; motos y bicicletas no los respetan. Los peatones cruzan por la mitad de la calle. Los buses jamás aparcan sobre las veredas. Los camiones de mercaderías no respetan los horarios de carga y descarga, y lo hacen en doble y triple fila. Los papelitos de cigarros y golosinas tienen destino final en la calle. La basura domiciliaria sale de las casas a cualquier hora y se deja en donde caiga. Las mascotas son sacadas a orinar y defecar en la calle. Cerca de las discotecas, los muchachos le orinan las paredes y plantas a los vecinos. El giro a la izquierda es una costumbre tal, que los automovilistas creen que es legal. Las flores y arbustos en las plazas públicas no duran. Los jovencitos y no tanto, rompen las veredas con sus patinetas, y los piqueteros rompen los cordones para abastecerse de proyectiles. La droga se vende en cada esquina: ni los vecinos ni la policía ve nada. Los horarios de protección por TV no se respetan, a pesar del daño terrible que producen en la formación de los niños.
En la Argentina vivimos “por izquierda” gracias a la idealización  al punto de endiosamiento de la “viveza criolla”. Un sujeto talentoso con las piernas e inepto con la mente, vale más que un sacrificado y honesto padre de familia. Una vulgar y asquerosa desnudista mediática vale más que una enfermera de guardia. Un corrupto ministro vale más que un jubilado con 40 años de aportes y de construcción de la República. Un legislador sinvergüenza, coimero y mafioso es “astuto”, mientras que un médico rural es “boludo”.
  Cadícamo, Cobián, Contursi, Filiberto, Flores, Fresedo, Manzi, Maroni, Moreno ( 3 de cada letra y podemos llenar el alfabeto), los de 40 años para abajo no saben quiénes son. Tampoco conocen la marcha “Aurora” “San Lorenzo” o el “Himno a Sarmiento”. En las librerías ya no hay láminas de San Martín, Belgrano o Moreno. Los libros “Fausto”, “Don Segundo Sombra” y “Juvenilia” ya no se consiguen. El 90% de la población no sabe los nombres de los Premios Nobel argentinos, y Favaloro sigue vigente porque aún la dirigencia argentina, no ha seguido la ley máxima de la degradación cosista: “ramal que para, ramal que se cierra”, “buque que se rompe, buque que se desguaza; Sanatorio que tiene problemas, hospital que se elimina”
En realidad, más que ciudadanos parecemos pasajeros de un Albergue Transitorio cuya misión fundamental es satisfacer nuestras pasiones instintivas, y en lo posible escaparnos sin pagar.

La educación no flota en el vacío sino que opera en un contexto social apto.  De nada vale, instruir para la natación, si vivimos en un desierto de arena. Por el contrario, de nada vale agotar los pocos recursos que nos sirven, sin pensar que morirán nuestros hijos y nietos. La vida comunitaria debe respetar a nuestros abuelos inmigrantes que – esforzadamente como nadie – nos legaron este país, y darnos cuenta que por este camino nuestros nietos morirán en la indigencia.
La educación es todo y la falta de educación es nada.
  Todos son profesionales que han tenido que estudiar por años, repitiendo exámenes, presentando trabajos, ignorando vacaciones, pasando necesidades, y una vez graduados, yendo a reaprender, a gestionar, a comprometerse, a evitar la mala praxis….. mientras que los que dirigen y ordenan nuestras vidas, no se preparan para administrar una cosa mil veces más complicada que una cirugía cardiológica, que es el gobierno. Ellos ocupan los cargos y ejecutan, como si un ingeniero se pusiera a operar apendicitis o un abogado sacara muelas, por el solo hecho de tener un guardapolvos ( o sea el cargo)
Alguien dijo que “el poder no corrompe, solo desenmascara”, pero muchas veces - lo acaba de decir una diputada justificando los robos institucionales – la corrupción es inherente al ejercicio político. Y para suavizar y justificar, añadió: En todas partes del mundo.
Los pueblos como los pescados se pudren por la cabeza.
Si nosotros – los argentinos – queremos estar orgullosos de nuestros hermanos, debemos empezar EDUCANDO, CADA CUAL EN SU LUGAR.
 Pensar al revés, seguir pensando al revés, importa un suicidio colectivo en el mediano plazo.
No se puede hablar de educación, sin saber de geopolítica, de relaciones internacionales, de economía y globalización, y de la espiritualización del Poder Terrenal.
Casi medio siglo atrás lo decía el Pastor Martín Luther King: SI NO SABEMOS VIVIR TODOS JUNTOS COMO HERMANOS, MORIREMOS TODOS JUNTOS COMO IDIOTAS. "Lino Marcos Budino

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