Corrupcion y poder
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Negocios con Venezuela: otro acuerdo bajo sospecha
POR MATÍAS LONGONI
El 1° de diciembre, Cristina y Chávez firmaron un convenio para la construcción de 10.000 viviendas en Venezuela. Se lo adjudicó la empresa argentina CONLAT SA, que fue creada varios días después.
07/05/12
Una extraña empresa, formada por tres santacruceños que aportaron dinero para la campaña presidencial de Cristina Kirchner y estarían vinculados al ministro de Planificación Julio De Vido, será la encargada de levantar 10.000 viviendas en Venezuela , en el estado de Carabobo. El proyecto se anunció el 1° de diciembre de 2011, en un emotivo acto entre la presidenta y su par venezolano Hugo Chávez. Pero podría convertirse en un escándalo por una sencilla razón: cuando se realizó el anuncio, la empresa beneficiada todavía no existía . Tuvo que ser creada días después.
Ese jueves en Caracas, en el Palacio Presidencial de Miraflores, Chávez le obsequió a Cristina un cuadro de su autoría que lo muestra abrazado a Néstor Kirchner. Brotaron de la presidenta lágrimas de emoción y palabras de agradecimiento: era el símbolo perfecto del intenso vínculo existente desde 2004 entre Venezuela y la Argentina, un proceso que tuvo a De Vido como gran ejecutor . Luego, para dar carnadura a una integración que ya levantó sospechas de favoritismos y corrupción (incluso denunciadas por el ex embajador argentino Eduardo Sadous), se anunciaron 35 acuerdos por US$ 1.600 millones. Y la realidad volvió a surgir tras las capas de pintura.
Ante la atenta mirada de Chávez y Cristina, la locutora leyó el punto 6 de la minuta binacional, que contenía un “acuerdo marco de cooperación en materia de vivienda y hábitat” , el primer de su tipo entre ambos países. Lo firmaron el canciller Héctor Timerman y el ministro de Vivienda venezolano Ricardo Molina, y en los hechos significó la llave de ingreso de las empresas argentinas a la Gran Misión Vivienda Venezuela, un mega programa de obra pública contra el elevado déficit habitacional en el país caribeño. La locutora anunció, como acuerdo complementario, “la construcción de 10.000 viviendas en el estado Carabobo con la empresa CONLAT”.
Hasta ese día CONLAT no existía. O mejor dicho, solo existía en la mente de unas pocas personas. Luego de aquella mención bautismal delante de los dos presidentes, CONLAT fue formalmente creada. Su nombre apareció documentada por primera vez en un acta societaria publicada en el Boletín Oficial del 26 de diciembre . “Bajo la denominación CONLAT Construcciones Latinoamericanas SA seguirá funcionando la sociedad anónima que fuera inscripta el 18 de abril de 2007, como Consular Latinoconsult SA”, se informa allí.
La insólita situación parece tener una sola explicación: que ese millonario proyecto haya sido concebido para favorecer a empresarios amigos del poder y que el premeditado cambio de nombres intente disimular esa irregularidad . En rigor, quienes trabajan en la Gran Misión Vivienda en Caracas todavía no tienen noticias ni de CONLAT ni de la obra prevista para Carabobo. Y mucho menos de una licitación para asignar los trabajos. No hubo respuesta a las consultas periodísticas ni de la embajada argentina en Caracas ni de las empresas involucradas.
La sospecha sobre un negocio digitado cobra cuerpo cuando se sabe quiénes integran la firma beneficiada. Tres de sus socios provienen de Consular (Consultores Argentinos Asociados SA), una firma creada en 1972 pero que registró un impresionante crecimiento desde que en 2005 fue vendida por sus creadores, un grupo de viejos arquitectos porteños, a tres profesionales recién llegados de Santa Cruz, pago chico de los Kirchner. Esa venta sucedió luego del arribo de De Vido a Planificación. Consular tiene oficinas cerca del organismo, en Julio A. Roca al 600.
El agrimensor Jorge Luis Pinto aparece como titular tanto de la flamante CONLAT como de Consular. Y según varios testimonios, suele acompañar al ministro en sus viajes a Venezuela. Lo secunda su socio de Río Gallegos (compartieron un estudio de agrimensura y hasta un catering) Jorge Osvaldo Donnini. Y completa el trío Guido José Ambrosi, viejo compañero de colegio del gobernador Daniel Peralta y ex empleado de constructoras santacruceñas. Los tres figuran como aportantes a la primera campaña de Cristina . Pinto y Donnini pusieron 26.666 pesos cada uno. Ambrosi fue un poquito más generoso: aportó 26.902,50 pesos. Juan Franco Donnini, hijo de uno de ellos y asesor del gobierno y el Congreso en temas energéticos, figura como director suplente.
Para entrar en el negocio de la construcción en Venezuela, los santacruceños reflotaron una alianza con Latinoconsult SA. En noviembre de 2011 (días antes del anuncio) rehabilitaron una vieja sociedad de 2007. Latinoconsult es una tradicional empresa de ingeniería y acumula una rica experiencia desde 1958. Pero en Venezuela no tenía antecedentes, más que una asesoría en ganadería
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