La inflación sale del castillo de arena de las redes sociales y muestra el país real
La inflación sale del castillo de arena de las redes sociales y muestra el país real
FERNANDO GONZALEZ Director Periodístico Cronista Comercial
Algo está funcionando mal en el aceitado engranaje de la estructura macrista. Si la realidad fuera únicamente el castillo de arena de las redes sociales, la inflación no debería ser un problema para el gobierno de Mauricio Macri. Las fotos posteadas en twitter y facebook nos han permitido ver a la gobernadora, María Eugenia Vidal, a la canciller Susana Malcorra y a la primera dama, Juliana Awada, haciendo las compras en el supermercado. El propio ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, ha expresado públicamente su espanto por el precio imperdonable del asado. Todos ellos deben estar perfectamente al tanto de que los precios suben desmesuradamente. Sin embargo, el aumento del costo de vida pareció sorprender a la Casa Rosada y fue el que generó la primera minicrisis de gabinete ayer al caer la tarde. El desconcierto oficial tomó estado público cuando debieron echar del Indec a Graciela Bevacqua, la aguerrida técnica que se había convertido en un símbolo de la resistencia a la manipulación y al maltrato del kirchnerista Guillermo Moreno.
El economista Jorge Todesca, elegido para liderar la reconstrucción del Indec, no encontró mejor forma para resolver la diferencia de criterios que dijo tener con Bevacqua que echarla del organismo. Fue el corolario de varios días de desasosiego en el Gobierno por el impacto que la suba de la inflación está teniendo en la sociedad. No es casualidad el resultado de la encuesta del Grupo de Opinión Pública, publicada ayer por El Cronista, donde se revela que el aumento de los precios está cerca de superar a la inseguridad como el principal temor de los argentinos. El Presidente es uno de los más preocupados por esta tendencia pero en el gabinete hay quienes creen que apenas se trata de un síntoma agigantado por la prensa. Quien aprovechó políticamente esa grieta fue Sergio Massa, al reflotar el IPC Congreso y anticiparse así al vacío informativo del oficialismo.
Macri tiene por delante una de las batallas más duras de su gestión. Convencer a la sociedad de que es posible derrotar a la inflación heredada sin recurrir a recetas económicas que nos condenen a la recesión y al desempleo. Y mostrar que el esfuerzo es compartido por todos, incluso por aquellos empresarios que aumentan sus precios más allá de lo razonable.
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