Brasil puede pagar cara su dependencia de la demanda china
28/05/11 Riesgos de “reprimarización”. Pese a la acelerada inserción brasileña en la economía global, faltan reformas internas y una visión de largo plazo.
Brasil es el país del mundo más transformado por el vuelco de la economía global hacia el Asia, y en primer lugar China. Las exportaciones brasileñas a China ascendieron a U$S 30.790 millones en 2010, treinta veces más que diez años antes; y en ese período, las importaciones de China crecieron veinte veces (U$S 25.600 millones en 2010).
En los próximos 5 / 10 años, Brasil comienza la explotación de los yacimientos petrolíferos del Pre-Sal, la segunda o tercera reserva de crudo del mundo, después de Arabia Saudita. En ese período, China comprará más de 40% de la demanda mundial de petróleo y un porcentaje semejante de la producción del Pre-Sal.
El vínculo entre las dos mayores economías emergentes recién comienza.
El salto en los términos de intercambio experimentado en el comercio internacional ha sido el fundamento de la transformación de Brasil en los últimos 10 años. Estos términos, que han tenido una mejora de 40 puntos en la década, otorgaron a Brasilun saldo estructural en su balanza comercial de U$S 100.000 millones, que lo salvó del hundimiento en 2008-2009 , e hizo posible financiar el gasto social que en las condiciones de macroestabilidad logradas a partir de 1994 le permitieron incluir a 30 millones de brasileños en la clase media y asegurar a otros 50 millones su alimentación.
Pero el vínculo con China ha provocado una caída extraordinaria de las exportaciones industriales, en especial manufactureras.
Eran 58% del total en 2000 y cayeron a 38% en 2011. El déficit de la balanza industrial alcanzó a U$S 37.000 millones en 2010; el manufacturero fue mayor, quizás U$S 70.000 millones.
Al mismo tiempo, las exportaciones primarias (mineral de hierro / soja), que eran 22% en 2000, aumentaron a 46% en 2010; y si se les suma celulosa y pasta de papel superaron 60% en ese período. Se han duplicado en 10 años.
Este proceso es coincidente con una extraordinaria apreciación del real, que se valorizó 119% entre 2004 y 2011 . Un porcentaje semejante equivale al saldo de la balanza comercial en ese período. El real se aprecia porque Brasil recibe un flujo de capitales gigantesco. Atrajo en 2010 más de U$S 300.000 millones (Bolsa de San Pablo), entre ellos, U$S 54.000 millones de inversión directa (IED); y entre enero y abril de este año se incrementó 42%.
Según la Confederación Nacional de la Industria (CNI), 45% de las firmas industriales que compiten con productos chinos perdieron participación en el mercado doméstico entre 2006 y 2010; y a 67% de las firmas que exportan le sucedió lo mismo. Los factores que están detrás de la pérdida de mercado son el alto costo de la producción y la escasa productividad / competitividad, acentuados por la apreciación del real.
Los costos de producción están directamente relacionados con el costo del capital, con una tasa de interés de 12% anual, tres veces mayor a la de China; y una presión impositiva que es 37% del PBI, dos veces y media la de la República Popular.
Lo que frena las exportaciones industriales no es la apreciación del real, o la competencia china, sino el “costo Brasil”: modernización insuficiente de la infraestructura y el sistema público, escasa productividad y altos costos de producción.
El papel de Brasil en el comercio internacional es esencialmente pasivo; su superávit depende del precio de los commodities en el mercado mundial (demanda china) y no del propio Brasil.
La “reprimarización” significa un retroceso histórico ; implicaría retroceder en el proceso de acumulación lanzado por Getulio Vargas (Volta Redonda), consolidado por Juscelino Kubischek y el régimen militar, sobre todo en las presidencias de Emilio Médici y Ernesto Geisel.
El problema de Brasil no es China, ni la apreciación del real, sino la falta de una visión estratégica de largo plazo , que fije prioridades y objetivos a un proceso sistemático de reformas internas, económicas, sociales e institucionales.
Comentarios
Publicar un comentario