Zarpó la Fragata Libertad y dejó una estela de emociones

Zarpó la Fragata Libertad y dejó una estela de emociones

Familiares de los tripulantes, que harán el 42do. viaje de instrucción, despidieron el buque escuela que hará un periplo sudamericano y atravesará los canales fueguinos; regresará el 22 de octubre

Sábado 28 de mayo de 2011 |






"Los canales fueguinos del sur son casi el fin del viaje, pero ya queremos llegar a ellos, porque sabemos que es una experiencia profesional que nos va a ayudar mucho en la carrera", dijo a Télam la guardiamarina Ayelén Basualdo. La joven de 23 años contó que "los canales fueguinos del sur son extremadamente provechosos para la experiencia por su dificultad, y esa zona la atravesamos con oficiales experimentados que nos van a instruir, porque un buque de tamañas dimensiones para los niveles de giro, y los vientos y los mares bravos, es complicado".
El recorrido completo de la nave será desde Buenos Aires a los puertos de Mar del Plata; Río de Janeiro y Recife (Brasil; Paramaribo (Surinam); Georgetown (Guyana); La Guaira (Venezuela); Cartagena de Indias (Colombia) y Guayaquil (Ecuador). Luego seguirá por El Callao (Perú); Valparaíso y Punta Arenas (Chile); Ushuaia; Río Grande; San Julián; Comodoro Rivadavia; Puerto Madryn; Bahía Blanca y Montevideo (Uruguay), hasta el retorno a Buenos Aires, el próximo 22 de octubre.
Al regreso del viaje, los jóvenes serán destinados a diferentes bases de la Armada, y Basualdo planea continuar su formación como artillera, estudiando en el Puerto de Bahía Blanca para cumplir función de jefe de armamento, cañones de abordo y "todo lo que implica la Armada, que es una marina de guerra".
"Todos los que estamos acá tenemos bien en claro que, si bien Argentina es un país pacífico que no entra en conflictos armados porque tiene el objetivo de mantener la paz y no hacer la guerra, no quita que en algún momento deba hacerlo para defensa", opinó.
Basualdo se refirió a la guerra de recuperación de las Islas Malvinas, bajo dominio británico, en la que "nuestros ex combatientes hicieron cosas admirables con los medios que tenían, y cumplieron la misión asignada, que era recuperar las Malvinas". "El mantenimiento del lugar después, es otro tema, pero para nosotros, que hoy navegamos como guardiamarinas y que no habíamos nacido en esa época, fue un éxito y no una derrota, porque el objetivo era recuperarlas", enfatizó.
Durante una hora previa a la partida, los familiares subieron a la Fragata para conocer el imponente buque y despedirse de los viajeros, con escenas cargadas de emotividad y llanto contenido. Entre ellos, los padres de Yésica Piras, una cordobesa de 23 años, enfermera naval, casada con un infante de marina que partirá en misión a Haití mientras ella navega en su viaje de tesis, radicados ambos en Punta Alta. Un joven marino estrechaba a su pequeña beba en brazos, mientras permanecía consternado en silencio, aferrado a su pareja.
La dotación del buque, que cumple el 42do. viaje de instrucción, al mando del capitán de navío Guillermo Tyburec, es de 27 oficiales, 184 suboficiales, 91 guardiamarinas en comisión, de los cuales 25 son mujeres, y profesores de la Escuela Naval Militar, además de 14 oficiales extranjeros.
El periplo de cinco meses por Sudamérica "tiene que ver con la inserción en la región de la Argentina, que ya el año pasado había navegado una ruta similar, por el Bicentenario", dijo a Télam el director de estudios, teniente de navío Cristian Leitol.
Historia de un emblema. La Fragata Libertad fue construida en los Astilleros Río Santiago y botada el 30 de mayo de 1956; su eslora es de 103 metros, con una manga de 14, un puntal de 11 metros y un calado de casi 7.
Está propulsada por dos motores Diesel de 1200 caballos de fuerza cada uno, con un desplazamiento de 3765 toneladas y un velamen compuesto por 27 velas en aparejo tipo fragata de tres palos (trinquete, mayor y mesana) y bauprés, con una superficie total de 2700 metros cuadrados.
Entre los trofeos obtenidos por la nave se cuentan la "Gran Medalla", por una travesía totalmente a vela en 1966, cuando obtuvo el récord mundial para Grandes Veleros en el cruce del Atlántico Norte, entre Cabo Race (Canadá) y la línea imaginaria Dublin-Liverpool, recorriendo más de 2 mil millas en 8 días y medio.
También numerosos "Boston Teapot", trofeo otorgado anualmente por la "Sail Training Association" a aquel velero que tripulado con más del cincuenta por ciento del personal en instrucción, recorra la máxima distancia solamente a vela, en un período de 124 horas de navegación.

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