Brasil :situacion economica actual ( en espanol y portugues)
El País
por Moisés Naím
01 Mayo, 2011
Este es el segundo tema que domina las conversaciones en Brasil. El primero, y mucho más popular, es la celebración de sus enormes éxitos: los millones de pobres que han dejado de serlo, la impresionante pujanza de sus empresas, las enormes oportunidades y la mayor prosperidad. Si bien los problemas aún son grandes (miseria, crimen, corrupción, desigualdad), el optimismo también lo es. Los brasileños, siempre alegres, están ahora más contentos que nunca. Y con mucha razón. Las cosas van muy bien. Y eso lleva a la segunda conversación obligada: ¿cuánto durará la fiesta? ¿Cómo -quién- nos puede descarrilar este raudo tren hacia la prosperidad?, se preguntan. Paradójicamente, los motivos del éxito también son la fuente de las ansiedades. En los últimos cinco años, el crédito ha crecido hasta alcanzar el 45% del tamaño de la economía. Así, los brasileños han encontrado quien les preste para comprar casas, motocicletas, refrigeradores y todo lo demás -muchos por primera vez-. Y no les ha importado que las tasas de interés de esos préstamos sean las segundas más altas del mundo o que las familias brasileñas deban hoy dedicar un 20% de sus ingresos a pagar sus deudas.
Este auge del crédito y el consumo obedece, en parte, a los millones de nuevos empleos y los mejores salarios generados por la expansión económica. Mientras las economías más ricas cayeron un 2,7% durante la crisis de 2008-2009, Brasil creció al 5%, y el año pasado lo hizo al 7,5%. El paro se ha reducido a los niveles más bajos en décadas y en muchos sectores las empresas no consiguen los trabajadores que necesitan. Los altos precios internacionales de los minerales y productos agrícolas, que Brasil exporta en grandes cantidades, contribuyen a esta expansión.
Los inversionistas internacionales también están eufóricos con Brasil. La inversión extranjera directa creció un 90% el año pasado. La avalancha de fondos foráneos que está cayendo sobre Brasil, atraídos por sus altas tasas de interés, está obligando al Gobierno a considerar la posibilidad de imponer límites más estrictos al capital especulativo. Los flujos de capital extranjero y los ingresos por exportaciones han llenado las arcas brasileñas con divisas de otros países, lo cual ha encarecido el valor de su moneda. El tipo de cambio ajustado a la inflación es hoy un 47% más caro de lo que fue su promedio en la última década. El real es la moneda más sobrevalorada del mundo.
Inevitablemente, la combinación de una moneda cara, la euforia de los inversionistas extranjeros, el aumento del consumo y los cuellos de botella que existen para satisfacer una demanda que crece aceleradamente hace que todo sea más caro. Brasil, que sigue siendo una nación muy pobre, es actualmente uno de los países más caros del planeta. El precio de la vivienda en Río de Janeiro y São Paulo casi se ha duplicado desde 2008. Alquilar oficinas en Río es hoy más costoso que hacerlo en Nueva York, y los salarios de los ejecutivos en São Paulo son mayores que en Londres o Manhattan. Y la inflación para todos está subiendo hasta el punto de que la presidenta, Dilma Rousseff, ha declarado que es su principal preocupación. No hay duda de que la economía esta sobrecalentada.
Pero ¿es Brasil una burbuja financiera? No. El progreso de Brasil y su potencial no son una ilusión. Se basan en logros concretos y fortalezas reales. Pero la economía brasileña sí tiene aspectos insostenibles. La expansión del crédito y el crecimiento del gasto público no pueden seguir al ritmo actual. Hay muchas reformas estructurales importantes que el expresidente Lula da Silva pospuso -Brasil tiene algunos de los jubilados más jóvenes del mundo, por ejemplo-. El Gobierno chino invierte anualmente en infraestructura (vías, aeropuertos, hospitales, etcétera) un monto equivalente al 12% de su economía. Brasil, tan solo el 1,5%. Esto explica, en parte, por qué la economía brasileña se "recalienta" a pesar de que este año solo crece al 4,5%. ¿Qué pasaría si creciera al 10% varios años seguidos? Su decrépita infraestructura no lo permitiría.
En estos momentos la prioridad es estabilizar la economía. Esto implica tomar medidas políticamente impopulares: desacelerar el consumo, por ejemplo. Y otras. O la presidenta Dilma Rousseff le baja el volumen a la fiesta y lo hace ahora de una manera controlada, o los mercados "se lo harán" de una manera descontrolada y socialmente más dolorosa. La euforia y la complacencia son las enemigas más amenazantes para el exitoso Brasil de hoy.
Expansão do crédito
Colunista do 'Financial Times' vê risco de bolha no Brasil
Crédito farto, consumo alto e falta de reformas estruturais fazem com que tudo no país esteja excessivamente caro, diz Moisés Naím
Preços de imóveis comerciais no Rio e em São Paulo começam a ficar mais caros que os de Nova York (Raul Junior)
“Parem antes que a bolha estoure”, alertou nesta quarta-feira o economista Moisés Naím, colunista do jornal britânico Financial Times e ex-editor-chefe da revista Foreign Policy. A bolha a qual Naím faz referência arma-se no Brasil. Para ele, o acesso maior ao crédito pela população nos últimos anos – importante motor do consumo e do crescimento da economia brasileira nos últimos anos –, associado à euforia dos investidores estrangeiros e aos gargalos que sufocam a capacidade do setor produtivo em responder à crescente demanda, torna tudo muito caro. Essa combinação, alerta o analista, pode se tornar o maior problema do país nos próximos anos. "Se os êxitos econômicos (brasileiros) ainda não resultaram em uma bolha financeira, isso logo poderá acontecer", afirmou.
Superaquecimento – Naím afirma que não há dúvidas acerca do superaquecimento da economia brasileira. O colunista enfatizou o nível a que chegou a concessão de empréstimos no país, cerca de 45% do Produto Interno Bruto (PIB), e a baixa propensão da população em se incomodar com os altos juros destas operações. Atualmente, um quinto da renda familiar é comprometido com o pagamento de dívidas, ressalta o especialista.
O colunista afirma que o país vivencia uma explosiva combinação de fatores. Segundo ele, existe uma entrada excessiva de moeda estrangeira, haja vista que recursos externos aportam no Brasil em busca da rentabilidade oferecida pela taxa Selic, a segunda maior do mundo. Como conseqüência deste intenso fluxo de capitais, o real está muito valorizado em relação às moedas internacionais. Os investidores estrangeiros estão eufóricos, assim como as famílias que não param de consumir. Todos esses elementos culminam para um só fenômeno: os preços estão inflados. Mesmo sendo ainda pobre, o Brasil é um dos países mais caros do mundo, diz Naím. Os valores dos imóveis comerciais no Rio de Janeiro e em São Paulo, por exemplo, começam a ficar mais caros que os de Nova York.
Diante deste cenário, Naím avalia que o país vive uma situação preocupante. Mesmo que a expansão da economia doméstica seja palpável, ela descansa em hastes pouco rígidas: nem o crédito, nem os gastos públicos poderiam sustentar o atual ritmo de crescimento. Como lembrou Naím, o ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva deixou uma série de reformas estruturais, como a da Previdência, e investimentos em infraestrutura à deriva. Isso significa, segundo ele, que a presidente Dilma Rousseff tem escolhas a fazer, algumas bem impopulares, como trabalhar para esfriar o consumo dos brasileiros. “Reformas lentas e graduais não farão diferença. O humor dos investidores pode mudar em um segundo e todo o crescimento da economia brasileira pode estancar. Isso já foi visto em outros mercados emergentes, como México e Rússia”, afirmou Moisés.
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