Futuro economico argentino
Oposición y oficialismo frente al futuro económico
Por Roberto Cachanosky
Especial para lanacion.com
Jueves 28 de julio de 2011 | 01:11 (actualizado a las 23:53)
Frente al fenomenal lío económico que tenemos por delante, la pregunta es: ¿quién tiene mayores chances de enfrentarla con éxito? ¿El kirchnerismo o la oposición?
A pesar de los muy buenos precios internacionales de la soja, del dólar barato en Brasil y de las bajas tasas de interés que rigen en el mundo, cualquier economista medianamente informado sabe que el kirchnerismo está dejando el campo minado. Tarifas de servicios públicos distorsionadas, un gasto público récord en nivel e ineficiencia, una carga tributaria asfixiante, permanente fuga de capitales, un Banco Central con serios problemas de solvencia, inflación, consumo de stock de capital, etc.
Si bien no coincido con muchas de las propuestas económicas que tienen los partidos de oposición con mayores chances de ganar la elección, todo parece indicar que, frente al problema que ya tenemos y la profundización del mismo, será alguien de la oposición el que tendrá mayores probabilidades de dominar la situación con cierto éxito.
Otro mandato del kirchnerismo puede estirar el desenlace de la crisis con mayores medidas confiscatorias. Por ejemplo podría estatizar el comercio exterior aplicando una retención implícita mucho más alta que las actuales. Solo con ver los U$S 69.000 millones que se fugaron desde 2003 hasta el primer trimestre de este año, es fácil advertir que Argentina no será atractiva para quienes quieran hundir inversiones bajo otro gobierno kirchnerista. Optarán por Brasil, Chile, Perú o cualquier otra alternativa menos Argentina.
El kirchnerismo no tiene capacidad de generar crecimiento de largo plazo por más que Cristina Fernández insista en cada uno de sus discursos que Argentina empezó a crecer desde que ellos llegaron al poder porque está en su filosofía el desprecio por los derechos de propiedad. ¿Qué hubo si no hubo crecimiento? Lo que hubo fue una combinación de suerte con los precios internacionales y un proceso de reactivación, entendiendo por tal poner en funcionamiento la capacidad instalada que no se utilizaba. Pero una vez que se llegó al tope de uso de esa capacidad instalada no hubo nuevas inversiones de envergadura que movieran el amperímetro del crecimiento de largo plazo. El kirchnerismo no puede asegurar el crecimiento de largo plazo porque su propuesta es de constante avance sobre los derechos de propiedad. Genera tan baja calidad institucional que Argentina no logrará recibir inversiones en montos relevantes.
Lo que sí puede hacer el kirchnerismo en caso de ganar en octubre es, como decía antes, estirar el desenlace con más confiscaciones para sostener el populismo que aplica y el andamiaje de distorsión de precios relativos. Si uno observa el comportamiento que el kirchnerismo ha tenido por el lado de los ingresos fue el siguiente: 1) aplicar impuestos sin permitir el ajuste por inflación de los balances, cobrando, por lo tanto, impuestos sobre utilidades inexistentes, 2) aumentar las retenciones, 3) incrementar el impuesto inflacionario y luego desconocerlo, 4) confiscar los ahorros que la gente tenía en las AFJP y 5) llenar al BCRA de papeles que son un paga Dios y quedarse con las reservas. Es decir, sin mucho margen para incrementar la presión impositiva y con la inflación alcanzando niveles preocupantes, el camino que elegirá el kirchnerismo será el de la confiscación de stocks y flujos del sector privado. De manera que, frente al problema que ha armado el gobierno, un nuevo mandato de Cristina Fernández implicará más avances sobre los derechos de propiedad. No es casualidad que en los últimos tiempos se observe una mayor fuga de capitales ante la eventualidad de otro mandato kirchnerista. La misma Cristina Fernández dijo en la Bolsa que había que convencer a la gente para que compre acciones y no dólares. La pregunta que habría que hacerle a la Presidenta sería: ¿quién se anima a comprar acciones de empresas cuyas utilidades y patrimonios están sujetos a los caprichos de su secretario de comercio? Frente a ese escenario confiscatorio, comprar dólares es la opción más racional que puede adoptar la gente.
Ahora bien, ¿por qué creo que ante la delicada situación económica que tenemos, la oposición tiene mayores posibilidades que el kirchnerismo de encausar el país? Porque ante todos los problemas existentes no intentará estirar la crisis como el actual oficialismo. Mi impresión es que la cruda realidad le impondrá a la oposición tantas restricciones económicas que, si no quieren violar los derechos de propiedad como el kirchnerismo, deberán hacer las cosas medianamente bien. Con medianamente bien digo cierta disciplina fiscal, mayor orden monetario, más previsibilidad en las reglas de juego o, al menos, no tantas arbitrariedades como las que hoy imperan. Como la oposición tendrá que ir por ese camino, si se mantienen los precios de productos de exportación como los que tenemos, el costo de la fiesta de consumo artificial puede ser más llevadero, pero ojo que el costo igual habrá que pagarlo. Esta fiesta no será gratis.
Si a las condiciones internacionales actuales, que están siendo dilapidadas por el gobierno, se le agrega un acuerdo de gobernabilidad entre el resto de los partidos opositores, tenemos más chances de salir menos lastimados que con el actual oficialismo.
Es claro que el kirchnerismo seguirá destruyendo ahorros y stock de capital como ya lo hizo con la ganadería, las reservas de gas, la situación patrimonial del BCRA, los ahorros que estaban en las AFJP, la moneda, etc. Es decir, un nuevo gobierno kirchnerista podría estirar el desenlace de la crisis a costa de mayor destrucción económica. Por el contrario, un gobierno de la oposición, si adopta las tres reglas básicas mencionadas anteriormente, no estiraría el desenlace de la crisis y, por lo tanto, ahorraría una mayor destrucción de stock de capital y podría dominar mejor un clima social complicado creando mejores expectativas económicas. Por lo menos podría frenar la constante fuga de capitales que ha habido bajo el kirchnerismo. Si la oposición crea un ambiente de negocios totalmente distinto al que rige actualmente y comienza a recomponer los precios relativos, aunque sus ideas económicas no coincidan con las mías, mi impresión es que la oposición puede sobrellevar la transición económica mejor que el kirchnerismo, porque la realidad la forzará a adoptar cierta mínima lógica económica que el kirchnerismo jamás va a aceptar.
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