Dia despues


23.08.2011 | Economía | Por: Guillermo Cherashny

LA ESTATIZACIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR, EN CARPETA
Qué prepara el cristinismo para el día después



Por Guillermo Cherashny para el Informador Público
La lucha por la recomposición del gabinete se acelera a partir del triunfalismo kirchnerista, pero es prácticamente imposible que haya movimientos hasta después de octubre. CFK ya le adelantó a su círculo íntimo que recién después de su victoria empezará a decidir sobre los cambios.
De lo que no hay dudas es que la apariencia moderada y humilde que la presidente mostró en los últimos días sólo duraría hasta la noche del 23 de octubre. Al día siguiente, el cristinismo se pondrá en marcha por la reelección eterna. El primer paso sería un plebiscito, con la idea de presionar a los legisladores de ambas cámaras para que sumen sus votos y poder llegar así a los dos tercios necesarios para sancionar la ley que declare la necesidad de la reforma constitucional. La misma, según los borradores que van y vienen por distintos despachos, sería de corte parlamentarista, pero conservando la actual fortaleza del Poder Ejecutivo.

Ni Feletti ni apertura
En materia económica, CFK ya definió que prácticamente no hay nada que cambiar del modelo económico que ella describe como competitivo y de matriz diversificada. El domingo y ayer varios analistas comentaron supuestas reuniones entre la presidente y Amado Boudou. En una de las mismas, ella habría dicho que el viceministro de economía y primer candidato a Diputado Nacional por la Capital, Roberto Feletti, fue castigado por haber hablado de la apropiación de la renta empresarial y del populismo sustentable. Esta anécdota indicaría que el plan económico no cambiaría hacia lo que piden los mercados ni tampoco en dirección a la radicalización que anunció Feletti. Boudou declaró, por su parte, que no habrá saltos bruscos con el dólar, lo que quiere decir que las cosas seguirán así hasta que nuestro país pierda totalmente la competitividad. Por ahora, es obvio que el gobierno cuenta con margen, ya que podemos exportar automóviles a Brasil sin problemas. Lo mismo ocurre con las cereales y oleaginosas, aunque el maíz y el trigo sigan el régimen de exportación por cuotas. El gobierno sostiene que la inflación no se espiralizó y que además bajó este año. Esto es cierto, porque la economía no creció tanto como el año pasado, pese a lo que dice el INDEC.
Según los números de Orlando Ferreres, por ejemplo, estamos creciendo al 5,5% anual contra el 7% del año pasado. Para el gobierno, en cambio, el 9% en el 2010 y 7,5% este año. Es verdad que a menor crecimiento la inflación no se espiraliza y tiende a bajar, pero siempre en niveles altos, lo que permitiría que el año que viene el gobierno intente que la pauta salarial esté por debajo del 20%, como exigen los empresarios que hablaron con CFK y Boudou.

Medidas extremas
Una forma de tener el dólar a raya es mantener y aumentar el gasto público endeudándose con el exterior. Pero para lograr financiamiento hay que normalizar el INDEC, acordar con el Club de París y salir definitivamente del default. Sin embargo, será difícil que el cristinismo blanquee una inflación de más del 20%, ya que el dibujo del INDEC no sólo baja la inflación sino que aumenta el crecimiento real de la economía en cerca de 2 puntos porcentuales, achicando también la pobreza y la indigencia.
Está claro, por otra parte, que la soja, el maíz y el trigo siguen con precios excelentes y no se cree que bajen mucho en caso de una recesión global, porque China e India van a seguir demandando alimentos.
Sí está en peligro, en cambio, la exportación de autos a Brasil. Nuestro vecino, el mes pasado, bajó su PBI un 0,28. O sea, dejó de crecer luego de varios años y tiene una inflación del 6% anual, muy alta para ese gobierno. El problema radica en que, con estos precios de oleaginosas y cereales, el cristinismo tiene que recurrir a las reservas del BCRA y a la ANSES para emparchar el déficit fiscal existente.
Ahora bien, el año que viene no quedarán tantas reservas para pagar la deuda externa ni ganancias y adelantos transitorios del BCRA. Ni tampoco tantos fondos de la ANSES, por lo cual el gobierno necesitará más activos líquidos para seguir gastando lo que gasta. Es que a nadie se le ocurre pensar que va a bajar o mantener el gasto como está. Sencillamente se trata de que el modelo sólo funciona aumentando el gasto permanentemente.
Activos líquidos para echar mano quedan dos: los depósitos bancarios y el comercio exterior. Manotear los depósitos bancarios está descartado, porque habría un nuevo corralito y ya se sabe qué pasaría después. Sólo quedaría entonces recurrir a la estatización del comercio exterior. La misma, a su vez, generaría un reverdecer del conflicto con el campo. La diferencia con el 2008 sería que esta vez los productores quedarían debilitados por la crisis interna de la Mesa de Enlace y carecerían también del apoyo social y político que concitaron entonces.

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