Alemania en busca de alternativas

















ALEMANIA

Berlín busca alianzas con nuevos “centros de articulación de poder”

Berlín quiere profundizar y ampliar sus relaciones comerciales y políticas con nuevos “centros de articulación de poder”. El nuevo concepto no se reduce a los BRICS; incluye a México, Argentina, Chile, Colombia y otros.
Ya no se trata sólo de “países emergentes”. No basta con observar el ascenso económico y consecuente peso político de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica –los BRICS– en la arena internacional. Otrora países “en vías de desarrollo” como México, Argentina, Chile y Colombia, en América Latina; Egipto y Nigeria en África; Vietnam e Indonesia, en Asia, o la joven república euroasiática de Kasajistán, centran la atención de la política exterior alemana.
“El mundo vive en una ola de cambios”, dijo el titular alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, al adelantar en Berlín los nuevos derroteros de la política exterior de la llamada “locomotora de Europa”. Alemania y el Viejo Continente están llamados ampliar y profundizar sus lazos de cooperación con una comunidad internacional cada vez más multipolar.
Pero el mundo no sólo cambia, sino que lo hace cada vez más constante y vertiginosamente. Así que Berlín lanza su “oferta de diálogo y cooperación” a “centros de articulación de poder” ya consolidados y a otros que podrían seguir ese curso de crecimiento económico y creciente influencia política en su propia región, en otras regiones y a escala global.
Cooperación internacional y gobierno global; cultura, educación y ciencia; paz y seguridad, derechos humanos y legalidad; economía y finanzas, recursos, alimentación y energía; trabajo, salud, seguridad social y desarrollo sostenible son las áreas en que Alemania propone “estructurar la globalización, consolidar la cooperación, compartir la responsabilidad” – según el documento aprobado este miércoles (8.02.2012) por el gabinete de Gobierno.
Unos ascienden… ¿sin que otros desciendan?
Ya no se trata sólo de los BRICS.
En la mira están, sobre todo, nuevas asociaciones comerciales, por ejemplo, con Kazajistán en el área de energía y materias primas. Y como el país –rico en recursos– ha sido internacionalmente criticado por violaciones masivas de los derechos humanos, el Gobierno alemán resalta su oposición a una “relativización cultural" de este concepto. Pero insiste, al mismo tiempo, en que sólo se lograrán “avances sostenibles sobre la base del respeto mutuo”.
La propuesta del Ejecutivo germano para “diseñar juntos el mundo multipolar“ complementa la política ya planteada hacia regiones prioritarias como América Latina y el Caribe. El ascenso de unas economías “no significa el descenso de otras”, aseguró Westerwelle desde la Europa en crisis: la coyuntura ofrece nuevas oportunidades de exportación a Alemania y la UE, insistió.
Aunque no se trata sólo de comercio y cooperación económica. Los nuevos “centros de poder“ están llamados también a mediar en conflictos regionales, así como codiseñar y cofinanciar proyectos humanitarios, de creación de empleo, educacionales, entre otros. Chile, Argentina, México, Brasil y Colombia aparecen asociados a iniciativas de energías renovables, protección del medio ambiente, gobierno global o combate a la piratería y terrorismo.
El Gobierno alemán anuncia también que seguirá cooperando con organizaciones regionales como UNASUR, en América Latina, en el desarrollo de medidas internacionales de seguridad. Adicionalmente, resaltan Venezuela y Perú en posiciones medias del inventario de 50 líderes exportadores mundiales de la OMC que Alemania no debe perder de vista.
Tampoco basta el G-20.
Con y más allá de la UE, la OTAN, el G-8 y el G-20
“No se trata de cuestionar viejas alianzas u olvidar nuestras raíces”, dijo el ministro alemán de Exteriores en referencia a las tradicionales asociaciones estratégicas de su país: Unión Europea, OTAN, G-7, G-8 y G-20. El Gobierno federal quiere seguir desarrollando los instrumentos de cooperación de la UE con China, India, Brasil, México y Sudáfrica. Algo que, advierten desde ya diversos analistas, no será tan simple, pues ya se ha visto por ejemplo la resistencia del Consejo de Seguridad de la ONU a estos intentos de reorganización del poder.
Como sea, el Gobierno alemán quiere trazar puentes con economías en ascenso que no están integradas en esos tradicionales círculos de poder y decisión regional y mundial. Por eso, Alemania recuerda, oportunamente, su impulso a la creación del foro económico del G-20, que incluye a Argentina, Brasil y México; o a la del llamado G-8+5, que incluye a países como China, India, Brasil, México y Sudáfrica en torno a temas globales como la protección del medio ambiente.
Celebraciones de años y semanas de Alemania en China, Vietnam, India, Brasil, Sudáfrica, México, Argentina, Chile y Colombia, deben haber contribuido a estos fines en el pasado. Al mismo tiempo, el país invita a estos socios a devolverle la visita, para seguir trazando rutas estratégicas de intercambio económico y cultural. Vietnam (2010), China (2011/12) e India (2012) ya han aceptado la invitación.
Entretanto, las críticas le llegaron a la propuesta del liberal ministro de Exteriores germano desde el partido de oposición Los Verdes. Éstos, junto a activistas de organizaciones alemanas de derechos humanos, insisten en que Alemania se hace de la vista gorda con temas de derechos humanos ante la posibilidad de asociaciones económicas ventajosas con países como China o Kasajistán.
Autora: Rosa Muñoz Lima
Editora: Emilia Rojas Sasse

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