Carta abierta de un Teniente Coronel a un General, en el Día del Ejército Argentino
LUNES, 28 DE MAYO DE 2012 17:57
Al cumplirse este 29 de mayo un nuevo aniversario de la Creación del Ejército Argentino, cobró estado público, através de la red Internet, una carta abierta de un Teniente Coronel a un General. El firmante reservó su nombre a la espera que el destinatario fije su posición en torno al crítico momento actual que atraviesa la fuerza. La carta,que por sus características, grafía y terminología es auténtica, pone a la luz también aspectos inéditos en losdistintos comportamientos del oficial superior que variaron, como se verá en la lectura, en 180 grados, desde queostentaba el grado de mayor hasta llegar al generalato.
Se han suprimido, por razones legales, e identificados con los signos (…) algunos párrafos que en modo algunohacen a la esencia del mensaje.
Su texto es el siguiente:
“Mi general, en este Día del Ejército Argentino, le escribo para acercarle una reflexión hecha con bronca, decepción eincertidumbre. También con
tristeza, porque el Ejército que yo viví hasta hoy está siendo cambiado, no
en su orgánica ni en sus sistemas de armas – que son circunstanciales – sino en sus esencias. Más que cambiadoestá siendo destruido ante la mirada indiferente o quizá cómplice de quienes hoy, circunstancialmente, tienen laresponsabilidad de conducirlo.
“Nos formamos en el mismo Colegio Militar y nos nutrimos de los mismos valores que encontrábamos hechos carne en la historia pasada y presente del Ejército. Creo que ambos ingresamos por vocación, una vocación que se fuefortaleciendo en los años de Colegio y, más tarde en el trabajo diario del cuartel. Siempre me chocó que se hablarade “carrera”. Lo nuestro era y es vocación. Carrera es correr para llegar a una meta, en última instancia, parasatisfacción individual, más allá de la sana ambición que es motor legítimo de nuestros pasos. Pero no todo esambición, no todo es querer llegar. La vocación es darse, la vocación es entrega, la vocación es servicio, comoaprendimos en el Colegio y como usted nos remarcaba como Oficial de Operaciones y, más tarde como Jefe deUnidad.
Como verá hemos compartido varios destinos, todavía hoy recuerdo como nos entusiasmaba escuchar los relatos desus combates en el Monte Tucumano, de sus operaciones en el conurbano contra la Columna Norte de la bandamontonera.
De su boca escuché historias de coraje, de sacrificio por el camarada que tenía a su lado y en el que se resumía larazón del valor y el arrojo, del coraje más allá de toda razón.
También supimos de miserias, de cobardías. Tengo muy presente una discusión suya con el Jefe de Unidad y otracon ocasión de la visita del Cte Br, por lo que usted consideraba era una casi traición, renegar de la lucha sostenidacontra los terroristas y abandonar la suerte de los camaradas que estaban siendo requeridos por la justicia a unadiscutible, mentirosa e incierta “Batalla Jurídica”. Recuerdo como se indignó, cuando el Cte Br, le respondió “… y quequiere Mayor, que hagamos un golpe?” . Para usted esa respuesta sólo escondía ineptitud o cobardía. Era sólo unajustificación tibia y apresurada, de su vocación de no hacer nada.
Hoy, usted es general, no es seguramente el momento histórico que siempre soñó (…); los medios, comprados o porideología, nos humillan; pareciera, aunque la experiencia de nuestros destinos, muestra lo contrario, que la sociedadnos ignora o nos condena; no tenemos presupuesto, ni hipótesis de conflicto, nos imponen reformas inconsultas,concebidas por ideólogos ignorantes de los temas de Defensa y cuantas otras cosas más.
Pero, es el tiempo que le toca, se preparó toda su vida para este momento y llega en un punto de quiebre para elEjército Argentino. Usted es superioridad ahora, no el tiempo que le hubiera gustado, en la crisis, en medio de unabatalla ideológica, continuación de la lucha de los setenta. Es su tiempo y su batalla y debe dar testimonio.
Hoy, mi general, están tratando de quebrar la conciencia histórica del Ejército, de convencernos que nuestroscamaradas son delincuentes de lesa humanidad – usted también -, que todos los que estamos en el Ejército desdeesos días, aunque yo no era todavía oficial, formamos parte de una asociación ilícita. Y esto con la complacencia osilencio culpable del Jefe de Estado Mayor, y por omisión, ambición o tibieza del resto de los generales.
Hoy, mi general. Veo con dolor, con rabia, como han abandonado a los que están presos, primero les quitaron laasistencia jurídica, sabiendo que ninguno de ellos tiene los medios para pagar un buen abogado, luego, se gestionaque los saquen de las unidades. Lo veo también con rabia, por que nuestros presos, muchos son sus compañeros,otros sus subalternos y los más, superiores de esos años (…) ¿Qué lección de lealtad nos están dando?, ¿qué lealtadpueden esperar de nosotros, si ustedes son así con los que fueron sus jefes y comandantes? ¿Qué ejemplo dan a laciudadanía, a nuestros cadetes, a nuestros oficiales?
No hace demasiados días tuve que ordenar la quema de los planes tácticos de mi unidad, ¿qué respuesta le tengoque dar a mis oficiales cuando preguntan la razón? … que ya el Ejército no tiene planes para cumplir con su misión, oque no tiene Misión y por eso no tiene planes. O que la misión se cumplirá con operaciones de guerrilla… AcasoChile abandonó sus Hipótesis de Guerra Convencional? … acaso lo hizo Brasil? ¿Cómo es esto que ya no seremosun ejército convencional?
¿Qué más vamos a entregar ahora: las unidades blindadas, la Escuela Militar de Montaña, la Aviación de Ejército, laEscuela de Guerra, los Liceos, el Colegio Militar...?. A cambio de qué... de Unimog repotenciados?. A cambio de un Gaucho que no sabemos muy bien para que sirve ?
(…)
Mi general, este es su tiempo, es el tiempo de mostrar que lo suyo no es “la carrera”, sino que lo suyo es vocación. Nova a quedar para semilla, más tarde o más temprano se va a ir, va a pasar o lo van a pasar a retiro, como todos. Salvoque aspire a una embajada, pero la cola para eso, parece que va a ser larga… La diferencia está en el grado defidelidad a su vocación, al testimonio de entereza moral, valentía y dignidad que dé usted en la culminación de suvida militar activa. ¿Qué más le puede pedir ya al Ejército?. (…)
Su tiempo es ahora, no cuando lo inviten a formar parte del Foro de Generales Retirados. La melena de león le tieneque crecer ahora, su rugido se tiene que escuchar ahora, no cuando no corra ningún riesgoadministrativo, en lacomodidad de su casa.
Mi general, porque lo conozco sé que usted no me va a defraudar. Que no va a defraudar a los cientos de oficiales,que lo conocen y recibieron su ascenso con expectativa de ser bien mandados.
Se preguntará porqué no firmo esta carta abierta, no la firmo por la misma razón por la que no lo nombro, pero tengapor seguro que cuando usted dé testimonio, como general, me tendrá a su lado como Teniente Coronel. Con nombrey apellido.
Reciba un abrazo sincero, en el Día del Ejército Argentino, el mismo que parió a la Patria, le dio la Independencia,conquistó el desierto, derrotó con las armas a la subversión, combatió en Malvinas y resiste en la
fortaleza de su memoria histórica, de sus mártires de todos los tiempos, con las miserias y grandezas de sushombres, los últimos embates de la canalla terrorista."
Comentarios
Publicar un comentario