Los subversivos que gobiernan la República Argentina


POR ERNESTO BISCEGLIA PARA EL INTRANSIGENTE


Los subversivos que gobiernan la República Argentina

Un subversivo no sólo es aquel que toma las armas en contra del sistema legalmente constituido, puede ser también el que toma decisiones políticas que destruyen a la sociedad
  • Domingo, 29/07/2012 | 08:19 hs
El país en la mira a través del polémico término "subversión"
ARGENTINA.- El calificativo de subversivo es equívoco; puede “a priori”, connotar con aquellos que en los años setenta militaron en los cuadros de las organizaciones guerrilleras, pero también puede aplicarse –siguiendo el diccionario- a quienes “pretenden alterara el orden público o destruir la estabilidad política; que es capaz de subvertir un orden o tiende a ello”. Que quienes gobiernan cumplan con las dos acepciones, por ahí, es una casualidad. Quién sabe.

El primer ejemplo de subversión es tal vez el más grave en cuanto afecta a la médula de una sociedad, como es la educación. Para mal de la República Argentina, el Ministerio de Educación de la Nación se halla gobernado por un personaje que desde su alta función aplaude que los alumnos tomen los colegios. ¿No es esto, acaso, una manera de enseñar a subvertir el orden social?

Sabido es que la Constitución Nacional consagra el derecho a reclamar, pero en ninguna parte dice que para ello hay que vulnerar  derechos de terceros. Así, con total impunidad se cortan las rutas y las calles, se obstruyen las salidas de las fábricas  y también se impide que otros, que son siempre la mayoría, puedan estudiar, desvalorizando la legitimidad de ese derecho invocado.  

Pero esta transgresión del orden para el Ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, es “un triunfo de la democracia” y “de la educación” (¡?) Más bien, esto es un insulto al esfuerzo, un repudio al trabajo y un entrenamiento para formar seres anárquicos que harán de sus vidas un constante reclamo y protesta. Este Sileoni considera la pérdida de clases como un mérito; total mañana se arregla todo con subsidios, sin importarle que está avalando la formación de seres sin conciencia cívica ni responsabilidad social.

Esta “demostración de madurez política, que hay que celebrar”, según el Ministro, no es por una mejora académica, por más horas de estudio ni becas; se trata de dirimir el manejo del quiosco y la permanencia de un jubilado. Absurdo.

La estupidez con que se gobierna la educación argentina permite estas barbaridades, el paro se levantó por la llegada de las vacaciones, nadie se quedó a protestar en soledad. A la vuelta vemos de seguir con esto…

Las tomas de colegios son subversivas en cuanto subvierten el orden establecido, ya que inmediatamente otras escuelas comenzaron a plegarse adoptando esta conducta de paro y ocupación, de donde nunca podrá desprenderse una actitud de responsabilidad social ni de consideración por el valor del trabajo..

Otros subversivos

Destruir las instituciones del Estado, también es subvertir el orden constitucional. Y el estado de indefensión en que han dejado a la República Argentina no tiene antecedentes en la historia. Recuperar esa capacidad de disuasión propia de cualquier país civilizado es una tarea que costará generaciones. Por lo tanto, en esta área también hay subversivos.

Tan subversivos como los militares que violaron la Constitución Nacional y los derechos humanos en los setenta, quienes merecen todas y cada una de las condenas que les vienen cayendo encima; esto sin ninguna duda. Pero las Fuerzas Armadas trascienden la persona de estos delincuentes.

Los delitos cometidos por aquellos no debió pagarlos la sociedad que se quedó ahora indemne y a la buena de Dios, mientras los responsables del desguace institucional montaban con la complicidad de altos jefes una caza de brujas para seleccionar quiénes ascenderían y quienes no; claro, no por sus méritos sino por su correspondencia con el poder.

Alguien debiera explicar el sospechoso crecimiento patrimonial de algunos altos jefes que, vaya la casualidad, se encuentran en el entorno más cercano a Nilda Garré.

Garré tendría que explicar, por ejemplo, qué pasó con el rompehielos “Almirante Irízar”, fuera de servicio desde su accidente en abril del 2007. El 05/10/2011, la Armada expuso sobre el estado del buque y anunció que volvería a cumplir sus misiones de abastecimiento en la Antártida en la campaña 2012-2013. Hasta ahora ni por asomo, siendo que Garré recibió los fondos hace dos años atrás. ¿Qué pasó con el dinero? La Antártida ha comenzado a descongelarse y el Irízar sigue esperando.

La carta que mostró que algo está pasando detrás de las bambalinas, es una jugada que alguien ligado a los servicios (¿Verbistsky?) le hizo a la propia Presidente, Cristina Fernández, quien se sentó y habló muy familiarmente con Gerardo Martínez, el titular de OUCRA, publicando  que perteneció al grupo de “reclutados” que operaba en el Batallón 601, haciendo inteligencia para el Proceso.

O la Presidenta no está informada sobre quienes se le acercan, o con tal de hundir a Moyano es capaz de pactar con el Demonio, o el discurso oficial sobre los Derechos Humanos es una mentira. Me inclino por esta última, aceptar cualquiera de las anteriores sería muy peligroso para los ciudadanos.

Entretanto, los días de Garré y sus socios militares estarían contados, mientras  los cuadros más altos de las Fuerzas Armadas  que no han pactado con el poder siguen con preocupación qué va a pasar, porque la caída de Garré arrastraría a más de uno, incluso hasta los Tribunales.

Subvertir, como se ve, es un vocablo de espectro amplio; sirve para definir al “joven idealista” que hace escuela entorpeciendo las calles o las clases. Sirve también para definir al funcionario que defiende y alienta este quiebre de la paz social.

Subversivo es también el que utiliza su cargo para destruir lo que es de todos, no importa que sea; el que roba y aún el incapaz, porque subvierten el orden comunitario.

Subversivo, es, en fin; el que un día tomó las armas para intentar cambiar el orden legal constituido, secuestrando, torturando, matando, tomando las universidades, golpeando a los profesores y alumnos que querían estudiar. Así comenzaron los que luego quisieron tomar una provincia entera: Tucumán. Eran “jóvenes tan idealistas” como los que tomaron el Pellegrini o el Buenos Aires.

Que ahora sean los gobiernan la Argentina –como decíamos al comienzo de la nota-, es una pura coincidencia que puede tener semejanza con la realidad.-


Por Ernesto Bisceglia
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