Carlos Pellegrini :mi escuela secundaria, a donde fuiste a parar ?
Ahora que Jorge Fornasari, el rector del Pellegrini, ha renunciado y el vice que lo reemplaza ni puede entrar al colegio , parece que los chicos han ganado. ¿Han ganado? El costo del conflicto, que aún no ha terminado (ver Arranca la mesa de diálogo en el Pellegrini), es el peor que puede haber en educación: la falta de clases. No hubo una semana normal desde que arrancó el ciclo. Y todo por una disputa de espacios de poder que comenzó en marzo.
Un mes antes había asumido Fornasari. Fue a propuesta de la CTERA, el gremio más importante en la escuela que depende de la UBA. El nuevo rector cambió una tradición en la designación de profesores suplentes: la hacían los jefes de departamento, en su mayoría del gremio más izquierdista AGD y decidió hacerlas él mismo , entre una terna de postulantes.
La AGD se enfureció al perder ese control en manos de la CTERA y reclamó volver al viejo mecanismo, aunque ni uno ni el otro respondieran a la norma de la Universidad: es el concurso abierto por oposición y antecedentes . El gremio empezó a movilizar a los chicos y logró que una coproducción de alumnos y padres militantes tomasen la escuela .
La UBA le soltó la mano al rector y el rector alegó problemas de salud. Pidió licencia y asumió uno de los vicerrectores, al que los chicos le impidieron ingresar a la escuela. El viernes Fornasari terminó por renunciar, cosa que la UBA había negociado con los alumnos para destrabar la ocupación.
Los chicos suspendieron la toma pero van por más : quieren que se vayan también los dos vicerrectores. Hay que ver cómo se las arregla Hallú, el mandamás de la UBA, después del mensaje que les dejó a los pibes y a la sociedad: la razón la tiene el de mayor capacidad de apriete . No hay clases desde marzo, tomaron tres semanas la escuela, se cargaron al rector y no dejaron que el vice asumiera. El mensaje es que conviene parecerse a Moyano más que a César Milstein .
La caída del Pellegrini instala la idea de que el Estado ha perdido capacidad de gestión . Se ha destruido el valor de la asimetría y sin asimetría no hay educación. Los alumnos discuten en un pie de igualdad con los profesores, como si tuvieran la misma autoridad y fundamentalmente la misma responsabilidad.
Más allá de lo que ahora se negocie, está claro que hay una falla en el sistema inmunológico de la educación pública. Adultos que no saben cuidar a los chicos y chicos que terminan por ocuparse de los asuntos de los adultos . Mientras tanto, la sociedad entera sigue sosteniendo con sus impuestos al Pellegrini. Los profesores no dejan de percibir sus salarios y los alumnos perderán un año de escolaridad . Por eso perdieron ellos, aunque ellos crean lo contrario.
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