Semejanzas.....latinoamericanos!!!!!!!



Luces y sombras del Estado de Derecho en Centroamérica
Por Emilio Cárdenas  | Para LA NACION



Guatemala tendrá sus próximas elecciones presidenciales el 11 de septiembre. Una tan ambiciosa como prominente candidata procuraba consumar un insólito fraude a la ley. Pero acaba de fracasar en su intento, después de haber sido derrotada en todas las instancias de la Justicia.
Me refiero a Sandra Torres, quien hasta hace pocas semanas fuera la esposa del actual presidente Alvaro Colom, para luego divorciarse de él con el propósito ostensible de tratar de evadir así la prohibición constitucional guatemalteca que -en procura de evitar el nepotismo- impide a los familiares de un presidente en funciones poder aspirar a la Jefatura de Estado.
"En Guatemala triunfó la lógica"
La cínica intentona acaba de fracasar. Triunfó entonces el Estado de Derecho, uno de cuyos componentes centrales es la independencia del Poder Judicial. Sandra Torres acaba de ser derrotada ante la Corte de Constitucionalidad de su país, en la que podría ser la última batalla en su antipático intento por aferrarse al poder.
Sumó así una negativa más a una serie de rechazos judiciales que comenzaron el 29 de junio pasado con el "no" del registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral y siguieron con las del Pleno de Magistrados de ese mismo tribunal, de la Corte Suprema de Justicia y culminaron con el rechazo unánime de la Corte de Constitucionalidad. Como consecuencia, el oficialismo (UNE-Gana) se quedó sin candidata presidencial y no podrá participar en la contienda electoral.
La aspirante aparecía, de todas maneras, como segunda lejana en las encuestas que miden las intenciones de voto, con bastante pocas posibilidades de imponerse en los próximos comicios. Tenía apenas un 17,2% de intención de voto, contra el 37,6% del ex general Otto Pérez Molina, del Partido Patriota, una agrupación de derecha que parecería tener el camino expedito para ocupar la presidencia de Guatemala.
En Nicaragua, Daniel Ortega se ríe del Estado de Derecho. Nicaragua, por su parte, va también camino a elecciones presidenciales, que en este caso tendrán lugar el próximo mes de noviembre.
El sandinista Daniel Ortega -un hombre con poco lastre en el cerebro, pero con el alma libre de escrúpulos- procura ser reelecto pese a la existencia de una prohibición explícita en la Constitución de su país.
¿Cómo? Apoyándose en una dudosa opinión legal emitida por algunos de los magistrados del máximo tribunal judicial de su país, en la que se sostiene la "ilegalidad" de la norma constitucional limitativa. Sus autores están acusados de parcialidad y sumisión a Ortega. Desde que el Poder Judicial no es independiente en Nicaragua, no hay garantía para la vigencia del Estado de Derecho.
"Ortega -un hombre con poco lastre en el cerebro, pero con el alma libre de escrúpulos- procura ser reelecto pese a la existencia de una prohibición explícita en la Constitución de su país"
La Prensa de Managua, el tradicional diario de la familia Chamorro, no vacila en calificar al intento de Ortega de "ilegal". El "bolivariano" se defiende recurriendo al multi-medio estatal que ha organizado, desde el cual -en procura de influenciar a la opinión pública con los dineros de todos- se denigra constantemente a quienes disienten con él o procuran el respeto de la Constitución.
Con la oposición dividida y el manejo de los recursos del Estado, Ortega lidera las encuestas de opinión. Ahora con el 41% de la intención de voto. Con comodidad, entonces.
Le sigue el empresario Fabio Gadea Mantilla, del Partido Liberal Independiente, quien parece haber comenzado a acortar distancias y tiene un 34% de intención de voto. Lo que evidencia un ascenso de seis puntos, en apenas un mes. Detrás de Gadea Mantilla aparece Arnoldo Alemán, consuegro y rival de Gadea, quien -rodeado por una nube de acusaciones de corrupción- mantiene, desde hace años, dividida a la oposición.
La fragmentación del viejo Partido Liberal es funcional a Ortega. Alemán tiene apenas un 11% de intención de votos, lo que sin embargo es suficiente para que una oposición de filosofía liberal -mayoritaria pero dividida- haga posible el triunfo de Ortega.
Hay, sin embargo, algo que llama la atención. Hace apenas un mes los "indecisos" eran el 6%. Hoy, de pronto, son el 14%. Esto es señal de miedo o precaución, cuando de contestar las encuestas se trata. Presumiblemente por temor a las represalias de Ortega y los suyos. Ocurre que en Nicaragua nadie tiene sus libertades aseguradas. Porque la arbitrariedad es la característica dominante en el gobierno sandinista..

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