Crisis en Argentina






Síntomas de crisis

Por Orlando J. Ferreres | Para LA NACION

Las prohibiciones fueron los síntomas previos de las crisis anteriores, actualmente sucede lo mismo, es como una mancha de humedad que inevitablemente muestra las filtraciones que hay dentro de la pared y que no quisiéramos mostrar.
No se pueden comprar dólares porque los dólares son para el gobierno, no para la gente. En crisis anteriores también se prohibía la compra de dólares, como una forma de conservar las reservas de oro y divisas, que eran el último refugio para financiar los desajustes.
No se puede importar si no es con autorización previa del Gobierno, pero es imposible controlar una a una todas las operaciones con el exterior, por lo tanto las autorizaciones se atrasan respecto de las necesidades de insumos y muchas actividades son afectadas, incluida la industria, y así la ocupación puede caer por dicha falta de insumos.
En crisis anteriores también se prohibía la compra de dólares, como una forma de conservar las reservas de oro y divisas, que eran el último refugio para financiar los desajustes
Frente a la menor actividad, por las crisis internacional y local, cae la recaudación pero no se frenan los gastos públicos en la misma medida ("¡nosotros no vamos a ajustar!") Al contrario de la lógica, se incrementan los impuestos, lo que aumenta los costos y es aún más recesivo. Frente a la recesión, más impuestos, también típico de las crisis pasadas. Recordemos que el impuesto al cheque es de 2001.
Con una inflación anual del peso del 25% se quiere forzar a toda la población que use el peso como reserva de valor ("pesificación forzada"). Es como decir, "les tenemos que sacar el 25% del valor de sus ahorros líquidos cada año mediante el impuesto inflacionario y por eso no podemos dejarlos que se cubran con moneda dura". El peligro es que la gente, frente a esta encerrona, huya de los pesos comprando violentamente de todo y muy rápido. Este riesgo de eventual aumento de la velocidad de circulación del dinero sería muy inflacionario también, y ya lo vivimos en su momento, en la época del gobierno de Alfonsín. Que usemos el peso como reserva de valor puede lograrse pero siempre después de varios años de inflación mínima de nuestra moneda. Pero ahora va contra lo que la gente puede aceptar.
Hemos estado 10 años postergando las correcciones y ahora se presenta la necesidad hacerlas de una manera muy vívida
Hay que ir corrigiendo los desvíos gradualmente y se debe hacer esto cada año. Si uno no lo quiere hacer, por ser impopular, tendrá que hacerlo todo junto después, lo que es peor. Hemos estado 10 años postergando las correcciones y ahora se presenta la necesidad hacerlas de una manera muy vívida, pues llegó el indeseable e inevitable "largo plazo". Uno puede hacer en economía lo que quiera, por ejemplo, postergar indefinidamente las correcciones, pero " lo que no se puede evitar son las consecuencias". Los síntomas de esos atrasos están a la vista de todos.
También un síntoma de las crisis es el atraso de los pagos de sueldos en muchas provincias . Se desactivan las obras públicas y aún así no alcanza para sueldos y aguinaldos. Se pide al gobierno nacional, pero éste no puede brindar toda la ayuda necesaria, pues a él tampoco le alcanza. En otras crisis, para financiar gastos insostenibles se apeló a los préstamos bancarios " muy caros" y a la emisión de "cuasi monedas".
La combinación de factores para que se dé una crisis es muy grande y las diferentes variables siempre evolucionan de una manera distinta en los diferentes casos. La situación actual con desvíos muy fuertes respecto de lo razonable en gasto público, en inflación, con tarifas completamente irrealistas (salvo nafta y gas oíl), con estancamiento, con control previo de importaciones y demás síntomas críticos, como por ejemplo el tipo de cambio fuertemente no competitivo, difiere de otras situaciones, pues debido al gran auge de los precios de las materias primas desde 2006 hay muchas reservas internacionales. A pesar de ser altas las reservas no se deja al público comprar dólares para tratar de sostener, a toda costa, un nivel aceptable de estas reservas y de esta manera mantener cierta confianza en la política económica.
Es prácticamente imposible prever el momento en que puede vivirse un sofocón económico, una crisis. Lo que sí es posible es observar los síntomas y también su intensidad
Es prácticamente imposible prever el momento en que puede vivirse un sofocón económico, una crisis. Lo que sí es posible es observar los síntomas y también su intensidad. El momento crítico puede postergarse mucho, sobre todo con un precio de la soja a 600 dólares la tonelada . De todas maneras, las variables desajustadas deberán corregirse en algún momento, pero si se lo hace a tiempo, aunque cueste popularidad, se puede evitar la crisis eventual que puede ser mucho más costosa que seguir esperando, sobre todo por el previsible aumento de la pobreza que causaría. Es fundamental decidirse antes de que sea tarde..

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